Poemas
Actualizado: 28 sept 2021
La conciencia durmiente
Lucía Correa
¿Qué me incumbe el mundo
o que mi amigo tenga frío?
Yo tengo una cobija
y no es asunto mío.
Es una desventura, que mi hermana tenga dueños...
yo solo poseo, un baúl lleno de sueños.
Los caminos de mi mente tienen un solo horizonte
y me veo puesto en él como Zeus o Creonte.
Compartí esto con mi madre
en un miércoles de abril
jamás había sentido
sobre mí una mirada tan vil.
Me puso la mano en la frente
mostrándome todo lo que había presenciado
y con lágrimas corriendo
supe todo lo que había despreciado
Hijo, no hace falta sino
que cuentes hasta diez
que mires para abajo
Y veas cómo se te incendian los pies.
“¿Y si me escondo debajo de la cobija?”
No se va
Te pasa lo que le pasa a tu hermano, y si no ha pasado te pasará.
El mismo que extiende la mano
otra mano se le da.
El lobo del mar
Lucía Correa
Marina era mi amiga
quien la viera se desmayaba
era la niña más linda del mundo
todos los corazones estallaban.
Marina no quería a nadie
solamente al lobo del mar
no tan guapo como ella
pero la hacía deslumbrar.
Marina por la mañana
entraba enamorada
con dos soles en los ojos
y un suspiro en la mirada.
Nunca voy a olvidar la tarde
que vi a Marina desconsolada
con dos morados en los ojos
y una nube en la mirada.
Quise preguntarle
“Amiga, de qué se trata todo?”
Pero me pudo la vergüenza
Y el miedo, sobre todo.
Una mañana no llegó
y me acerqué discretamente a Jacobo
Le dije “Dónde está Marina?”
A Marina la mató un lobo.
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